(En català -aquí-)
La implantación de las esperadas cámaras de videovigilancia en la Part Baixa de Tarragona se ha ido retardando a lo largo del tiempo, desde el 2007 en que se empezó a hablar de esta posibilidad que haría reducir el vandalismo que afecta al barrio.
La última previsión las fechaba para el mes de octubre con el estreno del nuevo edificio de la Guardia Urbana, organismo que se hará cargo y control. Ahora finalmente, el Barri del Port tendrá que esperar nuevamente, al nuevo año.
El presupuesto municipal del 2014 contempla una partida de 200.000€ para hacer realidad estos "histórica" medida con la que se colocarán 24 dispositivos de vigilancia en 15 calles como el Reial, Plaça dels Carros, Apodaca, Pau del Protectorat, el en torno a la estación de Renfe y también en las escaleras del Palau de Congresos, donde las actuales tan sólo sirven para controlar el funcionamiento de estas, entre otros.
Irán ubicadas en las farolas y en fachadas de edificios de la zona, a una altura que oscilará entre los 3-6 metros y medio, estipulado por normativa.
El último retraso ha venido motivado por una bajada de precios en este tipo de sistemas que ha hecho que el Ayuntamiento reconsidere el coste previsto anteriormente para poder ahorrar el máximo posible.
La implantación de las esperadas cámaras de videovigilancia en la Part Baixa de Tarragona se ha ido retardando a lo largo del tiempo, desde el 2007 en que se empezó a hablar de esta posibilidad que haría reducir el vandalismo que afecta al barrio.La última previsión las fechaba para el mes de octubre con el estreno del nuevo edificio de la Guardia Urbana, organismo que se hará cargo y control. Ahora finalmente, el Barri del Port tendrá que esperar nuevamente, al nuevo año.
El presupuesto municipal del 2014 contempla una partida de 200.000€ para hacer realidad estos "histórica" medida con la que se colocarán 24 dispositivos de vigilancia en 15 calles como el Reial, Plaça dels Carros, Apodaca, Pau del Protectorat, el en torno a la estación de Renfe y también en las escaleras del Palau de Congresos, donde las actuales tan sólo sirven para controlar el funcionamiento de estas, entre otros.
Irán ubicadas en las farolas y en fachadas de edificios de la zona, a una altura que oscilará entre los 3-6 metros y medio, estipulado por normativa.
El último retraso ha venido motivado por una bajada de precios en este tipo de sistemas que ha hecho que el Ayuntamiento reconsidere el coste previsto anteriormente para poder ahorrar el máximo posible.