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3 d’octubre del 2012

El azufre en la calle no evita que los perros orinen, es tóxico y está prohibido



El Ajuntament de Tarragona estudiará el problema


El pasado 27 de septiembre un vecino el Barri del Port alertaba al alcalde Josep Fèlix Ballesteros, durante la reunión con el vecindario, de la peligrosidad que supone los polvos de azufre que se vierten en esquinas y paredes de la calle con el fin de repeler a los perros y evitar sus orines.

Efectivamente el azufre es tóxico, está prohibido y no sirve para evitar que un perro se acerque y orine, acción que debe evitar en todo caso su dueño, responsable del animal. El portal 'Madrid Salud', del Ayuntamiento de Madrid, no solo aclara y alerta sobre su toxicidad sino que advierte que está prohibido.

El azufre (nº CAS 7704-34-9) es una sustancia peligrosa que puede afectar a la salud cuando es inhalado, ingerido y/o por contacto con la piel. Los efectos de la exposición pueden incluir ulceración de la piel, conjuntivitis, inflamación de la mucosa nasal, falta de respiración, asma y traqueobronquitis. Además se trata de un sólido altamente inflamable, pudiendo originar mezclas explosivas en contacto con el aire o con materiales oxidables. Debe evitarse su contacto con agua. Debe ser almacenado en frío, con ventilación adecuada, lejos de fuentes de ignición y de materiales oxidables.

Por otro lado, el Artículo 98 de la Sección Primera del Capítulo V 'Limpieza de los espacios públicos' de la Ordenanza General de Convivencia Ciudadana y uso de espacios públicos de Tarragona (ver) -aprobado por el Ayuntamiento de Tarragona en diciembre de 2005 y aún vigente-, indica que "Está prohibido tirar o abandonar en espacios públicos cualquier tipo de objeto o producto" considerándose ello como falta leve, o si es en gran medida como grave. Más si se tiene en cuenta que atenta contra la salud pública. Se especifica también que no pueden utilizarse productos de limpieza que no estén homologados o que supongan efectos nocivos para el medio ambiente o las personas.

Cabe tener en cuenta que es un producto químico y además no está aprobada una efectividad para repeler animales y evitar que orinen, responsabilidad que corresponde al dueño del animal (Capítulo VII, Artículo 164 y 167).

En este sentido, Josep Fèlix Ballesteros afirmó que el Ayuntamiento estudiará el caso y al conocer que se trata de un producto tóxico establecerá una medida de prohibición con la respectiva sanción si es necesario.